Desafío al Comunicarnos

Desafío al Comunicarnos

¿Somos empáticos y asertivos?

Hemos conseguido tan importantes avances tecnológicos para comunicarnos a los lugares más remotos del planeta en forma instantánea que parece increíble que aún no logremos comunicarnos del todo con quienes tenemos al lado.

La comunicación, como bien sabemos, es un proceso complejo en el que interviene no sólo lo que pensamos, sino también lo que sentimos, lo que creemos de nosotros mismos y del resto, las expectativas personales, nuestros paradigmas culturales

¿Qué tan hábiles somos para comunicarnos en forma efectiva? Es una pregunta clave que debiéramos hacernos pues podría marcar la diferencia entre una relación humana sufriente y dificultosa o una relación fructífera y feliz. Hay dos destrezas claves para lograrlo: la empatía, o la capacidad para ponerse en el lugar del otro, y la asertividad, relacionada a decir honestamente lo que sentimos y pensamos sin dañar al otro. En esto, suele jugarnos en contra el temor a ser rechazados o descalificados, a perder la aceptación y aprobación de nuestro medio social.

Para desarrollar la empatía, te animamos a:

  • Escuchar al otro con atención, dándole tiempo a que se exprese y perciba nuestro interés sincero en su mundo y en lo que está sintiendo. Hay que tener presente que para lograr una comunicación fluida, lo más importante no es hablar sino escuchar.
  • Recibir el mensaje sin prejuicios, haciendo a un lado nuestras ideas preconcebidas para intentar sentir cómo siente el otro y comprenderlo.

La empatía y comprensión del otro no quiere decir que estemos de acuerdo en todo con él o ella. Más bien, la empatía les hará saber que, por encima de las discrepancias, está la aceptación y respeto del ser humano que tenemos en frente.

Ahora bien, respecto a la asertividad, nos ayudará poner en práctica lo siguiente:

  • Hablar en primera persona para asumir lo que sentimos y pensamos.
  • Ser sinceros, sin temor a establecer claramente nuestros límites, pues tenemos el más absoluto e irrestricto derecho de decidir qué queremos para nuestra vida.

Siguiendo estos pequeños, pero potentes cambios, podremos ver cómo nuestras relaciones humanas se enriquecen, especialmente las más cercanas, porque la familia y los amigos son nuestros compañeros de viaje en esta travesía llamada vida, por lo que merecen nuestro esfuerzo.


Fuente: IDH YOGA RAM